¿Qué es LA ALIMENTACION EMOCIONAL? Usos, Propiedades, Ventajas y Desventajas

[et_pb_section fb_built=”1″ _builder_version=”4.16″ global_colors_info=”{}”][et_pb_row _builder_version=”4.16″ background_size=”initial” background_position=”top_left” background_repeat=”repeat” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.16″ custom_padding=”|||” global_colors_info=”{}” custom_padding__hover=”|||”][et_pb_text _builder_version=”4.17.4″ hover_enabled=”0″ global_colors_info=”{}” sticky_enabled=”0″]
La alimentacion emocional
La alimentación ha pasado de ser una de las primeras necesidades básicas a ser una de las principales formas de canalizar nuestras emociones.
Aunque te parezca mentira, la mayoría de las personas no comen cuando tienen hambre fisiológica (hambre real). Comemos en reuniones sociales para crear vínculos sociales y también comemos para regular emociones y por puro placer.
Esta asociación se lleva dando desde que somos pequeños. Cuando hay algo que celebrar se premia con comida y esta recompensa nos provoca una sensación placentera y de bienestar. Y en caso contrario, cuando nos sentimos tristes sabemos que nuestro ánimo puede mejorar con algún alimento rico en carbohidratos simples o alto en grasas. Esto también nos lo remarca el marketing (publicidad, películas) en donde vemos a una chica triste que se toma una tarrina de helado, un refresco o una bolsa de patatas y la sensación de felicidad o tranquilidad que aparentemente le produce.
Todos estos mensajes se van quedando en nuestro cerebro. Gracias a todo esto, nuestra relación con la comida puede ser la menos saludable, ya que, desde pequeños la asociamos como premio o castigo.
Si a esto le sumamos el hacer dietas repetidas veces donde clasificamos alimentos como “buenos “, “malos” o “alimentos prohibidos”, cuando esta comprobadísimo que la prohibición de la alimentación fija la obsesión con la comida. A mayor prohibición, mi cerebro tiene más riesgo de atracón y de tener comportamientos de ansiedad.
Y la realidad, es que…
Todos en algún momento hemos tenido algún comer emocional, cuando estoy nervioso y parece que comer algo me tranquiliza, o estoy triste y comer eso que está rico, me gusta seguro que me alegra y me hace sentir bien, o simplemente el acudir a la nevera me resulta un entretenimiento cuando estoy en casa y no sé qué hacer.
Si esto pasa una vez, dos, no pasa nada, el verdadero problema es cuando esto se convierte en un hábito.
Porque aunque todos sabemos que esta “satisfacción” dura poco, en su momento me sirvió, como nuestro cerebro funciona por repetición de experiencias pasadas que asociamos como positivas. En muchas ocasiones, esta conducta, que no fue una solución, pero si “un refugio momentáneo”, la volvemos a repetir y podemos llegar a convertirla en un hábito. En ocasiones un hábito inconsciente, del que ni si quiera yo tengo la conciencia que es un comer emocional y pienso que lo que tengo es hambre
Cuando esto ocurre, hacer una dieta, por más perfecta y adaptada que sea, no nos servirá de nada, ya que la raíz del problema no está en saber “si el pollo me va mejor que la carne roja”, se trata de aprender a identificar y gestionar de una manera adecuada y sana esas emociones, esos momentos de ansiedad, ese comer emocional que nunca llenaremos con comida.
¿Qué pasos debería de seguir?
En primer lugar, tomar conciencia de esto que me está pasando y reconocer que, sin hambre, pero si en momentos de nervios, aburrimiento, tristeza…acudo a la comida.
En segundo lugar, identificar que emociones estoy tratando de tapar con esta comida. ¿Qué vacío quiero llenar?
Ya que la solución para calmar mi emoción o atenderla no será la misma si como porque estoy enfadado, que si como porque estoy triste o porque estoy aburrido.
Otras veces consiste también en parar y observar que estoy haciendo en piloto automático. Muchas veces, tenemos la costumbre de picotear mientras preparo la cena o picotear mientras estoy trabajando o estudiando algo… Algo que consideramos como “normal” o que no detectamos como un hábito repetido y tan poco es una forma de comida saludable.
Una vez que identificamos todo esto, con un diario podemos observar que pensamientos hay antes de esta situación. El analizar donde estoy en ese momento, además de cómo me siento y así poder establecer otros recursos sanos que me ayuden a atender a esa emoción. Un ejemplo, si como cuando estoy muy nerviosa, puedo buscar que otras actividades me tranquilizan y podría hacer en ese momento en lugar de comer.
Por otra parte, el identificar alimentos como buenos o malos tampoco nos ayuda, al igual que darles la etiqueta de prohibidos. Una forma de hablarnos mucho más sana y coherente sería alimentos que me ayudan o me dificultan a conseguir mi objetivo, pero no prohibido, ya que siempre es nuestra elección, sólo que de esta última forma nos genera ansiedad.
Muchos pacientes les cuesta aun así identificar estos momentos y me comentan que no tienen claro si es hambre.
Por eso quieres dejaos unos tips que os ayudarán más a diferenciar cuando es hambre física y cuando es hambre emocional.
Para finalizar…
El hambre física es gradual, es una necesidad que puede esperar, después de comer desaparece y no busca alimentos específicos.
El hambre emocional aparece de forma repentina, no suele llenarse con la comida y quiere más, es específica por un tipo de alimento (no me vale tomarme una manzana, no puedo negociar). Es una necesidad que tiene urgencia por ser atendida y lo quiero ya, la sensación al finalizar puede hacerme sentir culpable (porque inconscientemente sé que he comido por una emoción) y al terminar no he satisfecho la necesidad de mi emoción, que en ningún momento era la comida.
El llevar un registro diario de alimentación te ayudará a tomar consciencia de todas estas situaciones y así poder poner solución a estos momentos con otros recursos que no son comer.
Igualmente, si necesitas ayuda, puedes acudir a algún profesional especializado no sólo en nutrición, sino en psiconutrición y alimentación emocional para ayudarte al menos al principio.
Manu Usach Sancho , EL MAS VELOZ 2 veces campeón de España Team Sprint elite. Campeón Cataluña Velocidad cadete. 5 veces Sub Campeón de España Elite Team Sprint . Plata Keirin Junior
[/et_pb_text][et_pb_code _builder_version=”4.16″ global_colors_info=”{}”]Tabla de contenido:
Tabla de contenidos