El asma y el deporte Un binomio muy beneficioso
Cuando hablamos de asma estamos haciendo referencia a una condición o enfermedad que genera un inadecuado flujo de oxígeno a través de nuestros bronquios, o lo que viene a ser lo mismo, dificulta el flujo de oxígeno. Los síntomas que caracterizan al asma y se suelen observar con mayor frecuencia son los siguientes:
- pitidos y silbidos al escuchar los bronquios
- tos constante
- cansancio
- mareos
- dolor en el pecho (frecuentemente acompañado de presión)
El asma suele aparecer en la infancia, principalmente con un mayor grado de aparición en niños y previo a los 5 años. No obstante, en muchas ocasiones no se diagnostica correctamente y se puede confundir con otras condiciones. Hoy vamos a centrar nuestra atención en esta enfermedad, viendo sus causas, su vinculación con el deporte y otros aspectos que nos ayudarán a entenderla a la perfección.
Causas del asma
El asma puede aparecer por diversos factores, destacando los siguientes:
- Alergias: las alergias son causas fundamentales que pueden desatar asma y los molestos episodios que las acompañan. Alergias al huevo o a diferentes alimentos, así como a reacciones alérgicas generadas por las picaduras de insectos, pueden ser causas vinculantes a la aparición de asma.
- Antecedentes: con esto hacemos referencia a los antecedentes familiares, pues si sus padres o abuelos han tenido asma, lo más probable es que se genere un incremento en la posibilidad de padecer esta condición.
- Tabaco: todos sabemos que el tabaco es una sustancia perjudicial para la salud, que en el caso del asma no solo va a agravar sus síntomas sino que además podrá hacer que esta se manifieste y se genere. Con esto hacemos mención a que estar en constante contacto con el humo del tabaco tanto en personas, como bebés e incluso, durante el embarazo, aumentará el riesgo de padecer asma.
- Infecciones: cuando se padecen infecciones víricas ligadas a la respiración, se podrá ocasionar como resultado la aparición del asma cuando dicha infección no haya sido curada adecuadamente.
- Emociones: con esto hacemos referencia a la cantidad de estrés que manejemos, pues niveles altos de estrés, así como ansiedad, podrán generar más ataques de asma o incluso, empeorar esta condición.
- Uso de medicamentos: a pesar de que para tratar el asma se usan ciertos medicamentos, lo cierto es que alguno de ellos podrán generar crisis asmáticas. Dichos medicamentos son el ibuprofeno, la aspirina, entre otros.
Cabe mencionar que una vez se tiene asma, todas estas causas lo que van a generar es que se desencadene un ataque de asma, debido a que generará que las vías respiratorias y nuestros bronquios se estrechen. Además de esto, hay un elemento que debemos tener en especial consideración, el clima. Según el tipo de clima en el que nos encontremos, así como el grado de contaminación presente en este, se podrá incrementar el riesgo de sufrir una crisis de asma.
El tratamiento frente al asma
Las condiciones que dificultan el flujo de aire por nuestros pulmones como el asma, deben ser tratadas con fármacos sin duda alguna. Sin embargo, el uso de qué medicamento tomar dependerá del nivel de afección de dicha condición. Por tanto, nos podremos encontrar con dos grupos de medicamentos:
- Preventivos: se usan día a día como herramienta de prevención ante un ataque de asma, ya que lo más seguro es que el usuario tenga un grado severo de asma. Los más empleados son los corticoides como budesonida que van a generar un efecto antiinflamatorio que permita disminuir los síntomas del asma.
- Aliviadores: estos van a ser los encargados de mitigar los síntomas de asma y van a ser empleados de forma intermitente, todo acorde a la sintomatología del usuario. Los más empleados son los conocidos como broncodilatadores.
Los medicamentos para el asma se inhalan, siendo la vía respiratoria la más efectiva para su tratamiento. En caso de tener problemas con las vías inhalatorias, haciendo que el uso de dichos medicamentos no cumpla su función, su médico o especialista podrá recomendarles el uso de medicamentos vía oral.
La actividad física y el asma ¿es posible?
De todos es sabido que la realización de ejercicio físico va a ser algo fundamental para el correcto estado de salud de las personas. No obstante, en una condición como el asma que dificulta el proceso de flujo de oxígeno ¿es positiva? Sí y no, pues como explicaremos a continuación, una inadecuada práctica de ejercicio puede generar una crisis asmática.
No obstante, el ejercicio en las personas con asma es sumamente recomendable, pues como vemos en la actualidad, muchos deportistas de élite tienen esta enfermedad y no dejan de triunfar por ello. La clave para ello, es llevar un control de la enfermedad, tener una ayuda especializada detrás que nos respalde y entrenar adecuadamente para que el asma no sea un hándicap.
El problema que existe con el deporte y el asma es el enfriamiento de las vías que aportan aire a nuestros pulmones, algo que podremos evitar realizando un adecuado calentamiento previo a la actividad deportiva y un enfriamiento tras finalizar esta. Además, como adelantamos en líneas superiores, tenemos que ser conscientes del ambiente climático en donde vamos a realizar nuestra actividad física, preferiblemente en lugares cálidos y húmedos.
Las mejores actividades físicas frente al asma
Sin duda alguna, existen ejercicios físicos más óptimos que otros a la hora de hacer frente al asma, siendo fundamental atender a la cantidad de oxígeno que exijan. Correr va a generar una mayor necesidad de oxígeno en el usuario, siendo una mejor alternativa aeróbica la natación, ya que esta disciplina deportiva se realiza en un ambiente húmedo que no va a repercutir negativamente en nuestros bronquios y que además no va a generar un exceso de presión en nuestro pecho como sí puede generar el correr.
Otras actividades físicas ideales para asmáticos son:
- footing: caminar es una actividad aeróbica de poca intensidad que ayudará a controlar la respiración. Se puede realizar en las mismas calles (siempre y cuando el clima sea adecuado), así como en una cinta de correr o en senderos.
- Bicicleta: ya sea estática o al aire libre, es una buena actividad aeróbica para personas con asma.
- Running: se puede optar por correr siempre y cuando sean cortas distancias, ya que si se realizan grandes distancias se va a generar un esfuerzo muy continuado que podrá incrementar el riesgo de un ataque de asma
- deportes con descansos: con esto hacemos referencia a actividades deportivas que tienen descansos frecuentes, como el golf, la gimnasia o el fútbol.
El ejercicio y sus beneficios frente al asma
En las líneas siguientes vamos a ver qué beneficios puede aportar la práctica deportiva para paliar o disminuir los efectos generados por el asma:
- fortalecimiento de nuestros pulmones: ciertas actividades deportivas son sumamente beneficiosas frente al asma pues se pueden realizar para reducir sus efectos ya que optimizan a nuestros pulmones (como la natación)
- incremento de la resistencia: realizar deporte de forma frecuente va a generar que nuestras vías respiratorias se optimicen y acostumbren a la actividad física, haciendo que nuestros pulmones controlen mucho mejor el oxígeno y no nos cansemos con tanta facilidad.
- Menor inflamación: el asma genera que nuestras vías respiratorias se inflamen, algo que el deporta podrá disminuir y disminuya los efectos que genera esta tediosa condición.
- Músculos fuertes: sin duda alguna, tener una buena masa muscular se traduce en una optimización de nuestro cuerpo en general, afectando también a una optimización en la captación de oxígeno y del flujo sanguíneo.
Aspectos que un deportista asmático debe tener en cuenta al hacer ejercicios
En las líneas siguientes vamos a mencionar los aspectos que una persona con asma debe tomar en consideración cuando realice ejercicio físico para evitar que el asma le ocasiones problemas:
- calentamiento: como mencionamos en líneas superiores, calentar nuestro cuerpo en general, va a ser fundamental para prevenir un ataque de asma. Por ello, debemos realizar de forma progresiva y más prolongado de lo normal un calentamiento que permita a nuestros pulmones adaptarse al entrenamiento que van a recibir.
- Intervalos: con esto hacemos referencia a que el ejercicio no debe realizarse de forma súbita y continuada, si no que es más sano para la persona asmática que sea en intervalos.
- Controlar las intensidades: esto es algo que va a depender mucho de la preparación del deportista asmático, pero lo cierto es que no se aconseja ir a máximas intensidades debido a que repercutirá en la captación de oxígeno y puede incrementar el riesgo de sufrir un episodio de asma.
- Ambiente: aconsejamos que no realicen deportes en zonas con mucho frío y altos grados de sequedad, optando mejor por calidez y humedad.
- Respiración: intenten no respirar por la boca, priorizando la respiración por la nariz. Además, no deben realizar ejercicio en esos días que la respiración este comprometida, pues el asma podrá agravarse en ciertos días.
- Medicación: debido a que por muchos factores se puede dar un episodio de asma, no olviden nunca su medicación y llévenla consigo.
- Con enfermedad: bajo ningún concepto realicen ejercicio cuando tengan otros problemas respiratorios que puedan dificultar la respiración. Es decir, si tienen gripe, bronquitis y semejantes, tomen reposo y una vez se recuperen vuelvan a entrenar como de costumbre. Además, esto también se puede aplicar cuando tengan silbidos en la respiración o más tos de la normal, alejándose por completo de la práctica deportiva.
- Tabaco: si de por sí es sumamente perjudicial, esto se incrementa para una persona asmática, siendo de vital importancia que no fumen y que tampoco se encuentren en ambientes donde haya mucho humo.
¿Qué debemos hacer ante una crisis de asma mientras realizamos ejercicio?
Principalmente, debemos mantener la calma. Esto es fundamental pues si de por sí vamos a tener una menor captación de aire, si nos estresamos esta va a ser aún menor. Pararemos de hacer ejercicio, nos situaremos en un espacio abierto que no nos agobie y nos permita tomar nuestros medicamentos calmadamente.
Seguidamente, se aconseja respirar calmadamente, optando por unir nuestros labios como si fuésemos a silbar y respiramos así, evitando una respiración rápida e incontrolada. Tras calmar la crisis de asma, no se aconseja continuar con el ejercicio. No obstante, se puede realizar algo de ejercicio de forma suave y controlada.
¿Existen ejercicios no físicos que ayuden frente al asma?
Por supuesto que sí. Con estos ejercicios estamos haciendo referencia a los ejercicios de respiración, fundamentales para personas con asma y sin ella. Los más destacados son los siguientes:
- diafragmática: es aquella respiración en la que captamos el aire hasta la zona del diafragma, viendo como nuestro estómago se hincha. Esta respiración es ideal en momentos de crisis asmáticas así como cuando estamos sufriendo de un ataque de ansiedad, pues ayudará a calmarnos.
- Nasal: cuando captamos el aire por nuestra nariz y baja hasta nuestros pulmones. Es la respiración que se aconseja en nuestro día a día, pues respirar por la boca generará sequedad en la garganta, una inadecuada captación de oxígeno, etc.
Existen otros tipos de respiración como la torácica, pero estas dos mencionadas anteriormente son las más indicadas frente a episodios de asma.
¿Asma o en mala forma física?
Muchas personas no son conscientes de que padecen asma, si no que piensan que tienen una inadecuada forma física en donde su capacidad aeróbica es poca. No obstante, podemos discernir esto atendiendo a síntomas como:
- presión en el pecho acompañada de problemas para respirar adecuadamente
- dolores estomacales cuando se realiza deporte
- malestar en la garganta
Estos serían los síntomas frecuentes cuando una persona tiene una mala forma física. No obstante, si se acompañan de tos, silbidos al respirar o una mayor producción de mucosidad durante la práctica deportiva, se deberá discernir con su médico o especialista si se trata de asma o un inadecuado estado físico.
Conclusión
Realizar ejercicio físico siempre va a ser beneficioso para gozar de un estado de salud excepcional. En caso de tener asma, siempre y cuando se realice adecuadamente será de gran ayuda, pues generará beneficios como:
- incremento de la capacidad pulmonar
- optimización del flujo sanguíneo
- mejora en el estado físico y de la salud de nuestros pulmones
- aminora la inflamación de las vías involucradas en la respiración
- además de todos los beneficios mentales que genera el deporte, ayudando a sentirnos bien.
Por tanto, los especialistas recomiendan realizar ejercicio físico aunque se tenga asma, siempre y cuando se lleve un adecuado control tanto de la práctica deportiva como de la enfermedad en sí. Esperamos que el artículo de hoy les haya sido de ayuda y hayan entendido que incluso con asma, el deporte sigue siendo un gran aliado. Un saludo a todos de parte del equipo de MyFITBody, nos vemos en el siguiente artículo y recuerden… ¡siempre a tope!
Bibliografía
- Drobnic F. El tratamiento del asma en el deportista de élite.
- Drobnic F, Borderías L. Guía del asma en condiciones ambientales extremas.
- Jones RS, Buston MH, Wharton MJ. The effect of exercise on ventilatory function in the child with asthma.
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