Disnea: causas, diagnóstico y tratamientos
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Disnea: causas, diagnóstico y tratamientos
La disnea está relacionada con dificultad respiratoria. Se trata de una sensación subjetiva, de difícil definición. Muchas personas la asocian con el cansancio y falta de aire que experimentan tras practicar ejercicios o al subir escaleras.
Aunque puede producirse por esfuerzos excesivos y factores climáticos, puede estar asociada también con graves problemas de salud. De modo que, se precisa de ayuda médica para determinar su origen y la mejor forma de atenderla.
Un análisis de las causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento de esta condición, permitirá aclarar las dudas que se tengan al respecto.
¿Qué es la disnea?
A la disnea se la define como una afección que implica una sensación de dificultad o incomodidad al respirar, o de no estar recibiendo suficiente aire.
La disnea puede presentarse de forma grave y prolongada, o de forma leve y temporal, en el transcurso de semanas o meses. En ocasiones resulta difícil de diagnosticar, debido a sus múltiples causas posibles.
De acuerdo al Centro de Educación Continua de la Clínica Cleveland, de Estados Unidos, la proporción de casos de disnea en la población es de 1 de cada 4 personas que visitan al médico, por lo que es un problema muy común.
Síntomas de la disnea
Las señales que indican la presencia de disnea incluyen lo siguiente:
- Dificultad para respirar después de realizar un esfuerzo físico, o a causa de una enfermedad.
- Sensación de asfixia.
- Opresión en el pecho.
- Respiración rápida y superficial.
- Palpitaciones del corazón.
- Sibilancias.
- Tos.
Causas de la disnea
La disnea puede tener muchas causas diferentes, por ejemplo, como resultado de hacer ejercicios intensos, de pasar tiempo en alturas elevadas, por cambios bruscos de temperatura, o como síntoma de enfermedades.
Según el Doctor Steven Wahls, practicante de medicina familiar en Scappoose, Oregón, Estados Unidos, -quien tiene 40 años de experiencia-, las causas más comunes de disnea son el asma, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la enfermedad pulmonar intersticial, la neumonía y los problemas psicógenos relacionados con la ansiedad.
Por otra parte, puede asociarse con hipoxia, es decir, tener un nivel bajo de oxígeno en sangre, lo que provoca disminución del estado de consciencia. Por lo tanto, si la disnea es grave y persiste por mucho tiempo, se corre el riesgo de deterioro cognitivo temporal o permanente.
Las enfermedades en las que aparece con más frecuencia la disnea son:
- Asma
- Cáncer de pulmón
- Edema agudo de pulmón
- Neumonía
- Bronquitis crónica
- Enfisema pulmonar
- Fibrosis pulmonar
- Hipertensión pulmonar
- Insuficiencia cardíaca
- Tromboembolismo pulmonar
- Ataques de ansiedad
- Reacciones alérgicas
- Anemia
- Hernia de hiato
- Tuberculosis
- Pleuresía
- Sarcoidosis
Diagnóstico de la disnea
La evaluación médica para el diagnóstico de la disnea se basa en un examen físico del paciente, quien tendrá que aportar información sobre cómo y cuándo comenzaron sus ataques de disnea, su duración y frecuencia, así como la gravedad de los mismos.
Los especialistas de la salud suelen recurrir a menudo a la realización de radiografías de tórax y tomografías computarizadas, con la finalidad de hacer un diagnóstico específico y evaluar la salud cardíaca y pulmonar de la persona.
Por otro lado, un electrocardiograma sirve para mostrar señales de un ataque cardíaco u otros problemas del corazón. Además las pruebas de espirometría ayudan a medir el flujo de aire y la capacidad pulmonar del paciente, con esto se busca identificar el tipo y el grado de los problemas respiratorios.
Finalmente, otras pruebas que se aplican permiten analizar el nivel de oxígeno en la sangre de un paciente y la capacidad de la sangre para transportar oxígeno. De modo que, además del examen físico del paciente, se requiere el empleo de otras técnicas de diagnóstico, como las ya descritas.
Tratamiento de la disnea
El tratamiento de la disnea varía en función de la causa que la origine. Así que, si esta dificultad para respirar se debe a un esfuerzo excesivo, probablemente mejorará con tan solo detenerse y relajarse.
Ahora bien, si la disnea es producto de la presencia de ciertas patologías, es imprescindible la asistencia de profesionales de la salud. Algunos de los tratamientos más comunes para las distintas enfermedades que provocan disnea son los siguientes:
Asma. En los casos más severos, se ameritará oxígeno suplementario. También pueden usarse medicamentos como broncodilatadores y esteroides.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica u otros problemas pulmonares. Requieren la atención de un neumonólogo. Es posible que se necesite oxígeno suplementario y rehabilitación pulmonar, que consiste en un programa de ejercicios supervisados y educación sobre técnicas de respiración.
Problemas cardíacos. Se necesita la asistencia de un cardiólogo. Si existe una deficiencia cardíaca, donde el corazón es demasiado débil para bombear suficiente sangre oxigenada, la rehabilitación cardíaca puede ayudar a manejarla. En casos graves de deficiencia cardíaca, se puede requerir una bomba artificial para realizar el trabajo de bombeo.
Obesidad y pésimos niveles de condición física. En estas circunstancias, comer alimentos sanos y hacer una rutina de ejercicios segura recomendada por un médico, puede ser lo óptimo para la recuperación.
Prevención de la disnea
En buena medida la prevención de la disnea radica en evitar o controlar sus posibles causas. Para eso, hay que seguir las siguientes recomendaciones:
Abandonar el hábito de fumar. Consultar con un especialista, inscribirse en un programa para dejar de fumar y someterse a terapias efectivas, pueden ser las medidas que permitan librarse de este vicio.
Cuidarse de la contaminación del aire y de productos químicos. Estos agentes contaminantes pueden ser el detonante de problemas cardíacos. Por tanto, si se trabaja en un ambiente con mala calidad de aire, lo mejor es usar una mascarilla para filtrar los irritantes pulmonares y procurar que el sitio de trabajo esté bien ventilado.
Mantener un peso saludable. La ayuda de un nutricionista o dietista es clave para perder peso y cambiar los estilos de alimentación.
La disnea puede deberse a diversos factores, como ya se ha visto, pero puede prevenirse o tratarse con la asistencia de médicos y el cuidado apropiado de la salud.[author] [author_image timthumb=’on’]https://myfitbody.es/wp-content/uploads/2021/09/doctor-luis-miguel-salvador.jpg[/author_image] [author_info]Doctor Luis Miguel Salvador Grande Número colegiado 3704715 : Asesor Médico y Nutricional de MFB myfitbody. Licenciado en medicina y cirugia por Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca master en medicina cirugia cosmetia y nutrición por el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo en Barcelona experto en emergencias sanitarias. [/author_info] [/author]
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